Durante tres meses vivimos en Haverlock North
en nuestra casa hippie junto a un parque lleno de conejos, pájaros y
senderillos en el bosque, en un verano que se supone fue el más frío y lluvioso
que vio Hawkes Bay en los últimos 50 años. Trabajamos duro durante todo ese
tiempo y ahorramos lo suficiente como para emprender más tarde la migración
hacia la isla sur. Fueron buenos tiempos. Hicimos nuestros primeros viajes
dentro de Nueva Zelanda como turistas y nos compramos un montón de cosas –bicicletas
incluidas- para seguir este viaje alucinante por Nueva Zelanda.
Nuestra primera incursión fue Wellington, la capital más austral del mundo. Era el
casting del Hobbit y se hacía un llamado a postular a cualquier persona para extras
de Enanos, Hobbits, Orcos y Uruk hais. Nos fuimos manejando 4 horas por
hermosas y curvilíneas carreteras hasta llegar a la capital kiwi. Hicimos una fila interminable entre seres normales y seres algo teatrales de patillas largas vestidos sutílmente de hobbits, algunos guerreros enanos con frondosas barbas y rubias con sus melenas al viento enfundadas en vestidos algo rimbombantes. Nos hicieron
llenar un formulario, nos tomaron unas fotos y nos dieron las gracias. Por
supuesto, no quedamos –ni para Orcos servíamos- pero nos sentimos realizados
con haber sido parte del proceso.
Con el formulario del Casting de la película El Hobbit relleno y listo para entregar |
Pasamos 2 días en Wellington, una ciudad con
mucho estilo. No sabría decir bien qué es lo que tiene Wellington que la hace
tan especial, pero tiene algo, una atmósfera ruidosa y quieta a la vez paseándose
entre edificios clásicos e intervenciones artísticas en cada esquina,
vida nocturna hasta tarde, la quietud de la noche luego del rugido del viento
más fiero del país en las tardes y ese olor a mar que embelesa a cualquiera, la
hacen una ciudad excepcional. Auckland no es nada al lado de Wellington, y ahora
luego de haberla visitado en 4 ocasiones sigo sin saber por qué. Es esa mezcla
porteña entre las gaviotas y el viento, el celeste del cielo siempre con nubes
algodonosas, las calles tan llenas de vida, los cerros empinados que recuerdan
a Valparaíso y los barcos entrando y saliendo de la bahía. O las mil cosas que
ofrece para hacer, subir al jardín botánico, el Museo Te Papa –que para alguien
que no ha visto algo mejor que el Bellas Artes o el Mim es como una revelación
divina- las tiendas, el mirador más ventoso del mundo, el Café Fidel en el paseo
Cuba, las librerías de viejos libros roñosos, un café en el Midnight Espresso,
el puerto y las calles, tan sólo caminar por esas calles y envolverse en ese
ambiente exquisito, risueño y jovial que tiene Welli. My dear Windy Welli. Es
la suma de todo eso y sigo sin poder encontrar una descripción que le haga
juicio.
El puerto |
En el puerto |
Museo Te Papa |
Demás
está decir que no queríamos irnos, que nos faltó una infinidad de cosas por ver
pero teníamos que regresar al trabajo y la vida en Haverlock North. Y aunque
volvimos en otras 3 ocasiones más, siempre nos fuimos con la sensación de haber
obviado algo. No aparecimos en ninguna escena de la película El Hobbit, pero nos
perdimos un rato en La Tierra Media igual.
Cuando yo vivía en Hastings igual vi que había salido el aviso para ir al casting de el Hobbit, pedían gente pequeña jaja mujeres como de 1,60, pero decía "rasgos europeos", así que hasta ahí llegaron mis ganas...
ResponderEliminarJajaja yo vi que pedían de todo! por eso fui... jaja igual no quedé, pero en fin! jaja
ResponderEliminarSaludos!