Como que de un momento a otro te das cuenta que
te gusta mucho tu vida y lo que estás viviendo en ese momento y te acuerdas de
todo y piensas que deberían hacer una película con tu vida –no una de acción ni
una muy cabezona, sencillamente un drama simplón que más de algún espectador
querría bajarla de internet y verla gratis un domingo nublado- o que deberías
escribir acerca de ella para acordarte más adelante y leerte como sonabas en ese tiempo, burlarte de ti
misma quizás o pensar si, en realidad he sido feliz. Y cuando llegas a los 30,
o treinta y tantos –para qué entrar en detalles superfluos- notas que más
encima, estás en la mitad de la carrera y que si no es ahora cuando cumples tus
sueños, no será más adelante. El futuro que toda tu infancia te imaginaste es
ahora y no tienes que esperar más. El tiempo llegó. Así de frentón. Como que
uno pasa de ser una niña que juega con barbies a una treintona y no te das
cuenta qué pasó entre medio. Todo fue muy rápido. Ahora empieza tu vida y debes
vivirla lo más que puedas.
Así que aquí comienza mi catarsis personal por
mi vida –una vida normal y fácil pero mi vida, la que más me gusta- el recuento
de un viaje impreciso a través de vivencias, recuerdos, tiempos y sueños que cumplir.